Puedo ser una buena persona, pero también puedo ser una mala persona con la gente que se lo merece. No creo en los reyes ni en los políticos, creo que no hay nadie más importante en el mundo que uno mismo. Todo el mundo dice que tienes que ponerte antes de los demás, que tienes que valorarte más. Pues bien, para mí la persona más importante soy yo, aunque muchas veces no lo crea.
Me considero de esas personas que tienen que vivir, aunque no les guste.
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